Instituto Ari - fibromialgia

El diagnóstico de la fibromialgia es siempre una tarea compleja que necesariamente demanda tiempo. En nuestras atropelladas agendas médicas, sin tiempo para ir al WC, sin embargo diagnosticamos más fibromialgia que nunca. Hace 10 años (cuando disponíamos de más tiempo) apenas se diagnosticaba e incluso se negaba. Ahora todo lo contrario. ¿Pero esto qué es? Indudablemente existe un preocupante abuso diagnóstico de la fibromialgia que trasciende nuestras propias fronteras. En  USA, por ejemplo, las tres cuartas partes de los pacientes con supuesto diagnóstico de fibromialgia no la tienen .  ¿A qué se debe este fenómeno ?

Diagnóstico de fibromialgia sin pruebas que la detecten.

La fibromialgia es silente en todas las pruebas diagnósticas. Su diagnóstico se hace en base a los síntomas que refiere el paciente y a la exclusión de otras posibles enfermedades  (esto último se nos olvida con frecuencia a los médicos). Los síntomas son siempre vagos y muy inespecíficos (dolor generalizado y cansancio) y, por si fuera poco, no son medibles. Por tanto, decidir si el paciente tiene o no fibromialgia es un acto eminentemente subjetivo del médico.  

La gran mayoría de médicos se creen capaz de reconocer una fibromialgia (aunque no estén muy familiarizados con ella)

La capacitación del facultativo y su familiaridad con el problema son determinantes en el acierto diagnóstico.  Muy frecuentemente se «etiqueta» a los pacientes simplemente por el hecho de tener síntomas compatibles. Aquí hay que recordar que los síntomas compatibles también lo son de decenas de enfermedades. De ahí la importancia de la capacitación y familiaridad del profesional, tanto con la fibromialgia, como con las enfermedades que puedan dar síntomas compatibles. La falta de tiempo en la vorágine de las agendas de hoy es , a mi juicio, la causa más frecuente ( y también más preocupante). Ante la falta de tiempo, el profesional simplifica el diagnóstico cuando «huele» los síntomas compatibles (máxime si la paciente es un poco depresiva). Podría tratarse de un Lupus o una polidiscopatía herniaria pero… Voilá! » Usted lo que tiene es una fibromialgia» Nos quedamos más largos que anchos con nuestro eficaz proceso de «etiquetado». Acto éste, por cierto, de inmejorables beneficios para nuestra consulta. Se calma la ansiedad del paciente porque ya está «diagnosticado». Se «desatasca» la consulta de un paciente que demanda tiempo y, por si fuera poco, ¡ delvovemos «el problema» a atención primaria ! Sencillamente…¡genial!

Una gran parte de los pacientes sencillamente se autodiagnostican.

Hoy es posible diagnosticarse a «toque de tecla» desde nuestro dispositivo inteligente.  –Mis síntomas son idénticos: ¿Porqué no puedo tener una fibromialgia?–  Es muy triste comprobar como, por el mal uso de la información, algunos pacientes ya se han auto-condenado a una enfermedad incurable, en cierto modo estigmatizada y casi siempre poco comprendida.  – ¿Y si no tuviera fibromialgia?- Pues pregúntale al iPhone pero… ¡ la has cagao bien!

La fibromialgia existe, es muy frecuente y es un verdadero castigo para el que la padece. Pero ojo…¡no hay tanta!.