COVID-19: HIDROXICLOROQUINA Y OTROS TRATAMIENTOS REUMATOLÓGICOS
« Soy un tío listo. Tengo la intuición de que los viejos fármacos para luchar contra la malaria son la gran revolución para tratar el COVID-19″ Con estas aseveraciones el primer mandatario mundial dejó (de un plumazo) a millones de pacientes en todo el mundo desabastecidos de antipalúdicos ¿Qué significa esto? Que infinidad de pacientes con enfermedades crónicas debilitantes, como el Lupus o Artritis reumatoide, se han quedado sin «su medicina». La medicina que garantiza la paz de su sistema inmunológico que, descontrolado, puede hacerles pasar un verdadero calvario hasta incluso causarles la muerte. A males mayores, algún infeliz ya ha muerto creyéndose a salvo del maldito virus con los «fármacos salvadores de Mr. President» . A igual que yo, cientos de miles de reumatólogos estamos indignados con esta intoxicación informativa que, en horas, ha dejado (espero que por poco tiempo) sin su mejor opción a un colectivo muy vulnerable y difícil de controlar: los pacientes con enfermedades auto-inmunes. La Lupus foundation, la Arthritis Foundation, La American Academy of Dermatology-Association y el American College of Rheumatology han elevado su protesta al mismísimo vicepresidente de los EEUU por la magnitud del daño causado. La Agencia Española del Medicamento ya ha movido ficha y (parece) que garantiza la dispensación a enfermos crónicos que lo necesiten. En este post te explicamos cómo la hidroxicloroquina y otros fármacos inmunomoduladores podrían ser una esperanza para pacientes con COVID-19.
¿Porqué la hidroxicloroquina puede ser útil en el COVID-19?
Tanto la hidroxicloroquina, como su prima mayor la cloroquina, son capaces de inhibir «en vitro» al SARS-CoV-2 (virus causante del COVID-19) (ver artículo). También podrían ser capaces de bloquear la penetración del virus al interior de la célula (dato determinante ya que todo virus necesita de una célula para replicarse y causar enfermedad). Por último, debido a su efecto modulador de la respuesta inmune, se especula que también podrían tener un efecto atenuador de la reacción inflamatoria que el virus produce cuando infecta el organismo. Sin embargo, a fecha de hoy, desgraciadamente no tenemos certeza de que la hidroxicloroquina sea eficaz y segura para pacientes con COVID-19. Parece que disminuye la carga viral en pacientes infectados y, de ser cierto esto, sería una gran noticia para actuar en las fases más precoces de la enfermedad. Sin embargo, necesitamos algo más. Necesitamos certezas. Y cuando se necesitan certezas, el método científico aconseja la realización de ensayos clínicos. Los resultados de los ensayos clínicos con antipalúdicos (que ya están en curso) nos dirán cuán eficaz es la hidroxicloroquina con respecto al tratamiento estándar y, también, cuán segura es. Nos dirán también, cuál es el perfil de paciente que más se beneficia, en qué momento de la infección es mejor utilizarla, cuál es la dosis más eficaz y segura o si es mejor asociarla a otros fármacos (ej. azitromicina). Son muchas las dudas y pocas, todavía, las certezas. Una de de las pocas certezas es que LA HIDROXICLOROQUINA NO EVITA EL CONTAGIO DEL VIRUS.
¿La hidroxicloroquina previene la infección?
DEFINITIVAMENTE, NO. Como se ha indicado antes, la hidroxicloroquina se contempla cuando el paciente está infectado y tiene síntomas respiratorios, nunca para prevenir el contagio. La mejor manera de no contagiarse es poner en práctica todas las medidas de «distancia social» recomendadas por múltiples organismos.
¿Qué efectos secundarios puede tener la hidroxicloroquina?
Los antipalúdicos , en general, son fármacos seguros pero pueden dar vómitos, diarrea, dolor abdominal, debilidad muscular, lesiones cutáneas, alteraciones cardíacas… Su efecto más temido, en los tratamientos prolongados, es la ceguera. La hidroxicloroquina es el más seguro de todos los antipalúdicos pero NO ES INOCUA Y NUNCA DEBE TOMARSE SIN PRESCRIPCIÓN NI SUPERVISIÓN MÉDICA.
¿Otros tratamientos reumatológicos pueden ser útiles?
SÍ. Aunque el cuadro clínico completo del COVID-19 está aún por definir, en muy poco tiempo estamos aprendiendo mucho. Por ejemplo, que no todos los pacientes con neumonía evolucionan igual. Hay pacientes que, a pesar de tener una neumonia severa, salen adelante con un tratamiento estándar en pocos días. Sin embargo, hay un pequeño porcentaje que evoluciona rápidamente a la muerte. ¿Que les ocurre? En estos momentos se piensa que, como consecuencia de la infección viral, se desencadena una enorme «tormenta inmunológica» conocida como Síndrome de Activación Macrofágica o Linfohistiocitosis Hemofagocítica secundaria (sHLH). Esta «tormenta» consiste en un estado de «super-inflamación» generalizada, consecuencia de la liberación descontrolada de unos mediadores de la inflamación conocidos como citocinas. Muchas de estas citocinas son viejas conocidas de los enfermos reumatológicos, particularmente, de los que padecen artritis reumatoide. La buena noticia es que hoy es posible neutralizar eficazmente a muchas de ellas. En base a esta hipótesis, algunos pacientes críticos ya han sido tratado con éxito con inhibidores de citocinas en China e Italia. Entre estos tratamientos prometedores se encuentran los inhibidores de la citocina IL-6 (tocilizumab), inhibidores de la fracción C5 del complemento (eculizumab) y los inhibidores de la JAK kinasa (baricitinib). Éste último, además de pacificar la tormenta inflamatoria, podría tener la capacidad de bloquear la entrada del virus a la célula. Como antes se ha mencionado, el método científico precisa de la conveniente comprobación mediante la realización de ensayos clínicos (que ya están en curso).
A modo de resumen se podría decir que el SARS-CoV-2, al igual que otros muchos agentes infecciosos, provoca un desorden inmunológico que, en algunos pacientes, potencialmente es catastrófico. Es factible que, en un futuro próximo, cobren protagonismo más tratamientos que modulan la respuesta inmune en ésta y otras infecciones. Si éste fuera el caso, los reumatólogos, estamos muy bien posicionados para aportar nuestro granito de arena a esta desoladora lucha. Dada nuestra amplia experiencia con este complejo grupo de fármacos podemos, no se me ocurren mejores especialistas para encontrar lo antes posible ese difícil y necesario equilibrio entre eficacia y seguridad.