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CÉLULAS MADRE EN RODILLA

En los últimos años hemos asistido a un extraordinario despegue de la medicina regenerativa como la mejor solución para problemas articulares. Todo el mundo habla de las células madre.  Una solución natural, exenta de efectos adversos y que acabará regenerando el tejido dañado.  Pero…¡ojo! el marchamo células madre se ha convertido en un formidable negocio que auspicia a diversos tratamientos  que nada tienen que ver con el implante de células madre. Una confusión deliberadamente interesada (por lucrativa) que ha puesto en guardia a las agencias reguladoras europeas y nacionales . Éstas nos advierten que no hay ningún medicamento de células madre autorizado para uso clínico. La pregunta es sencilla: si no me pueden poner células madre ¿Qué me van a poner?

Terapias celulares con MSCs

Se trata de implantes con células progenitoras  Mesenchymal Stromal Cells (MSCs) que se aíslan, se procesan y se expanden en el laboratorio a partir del tejido que las contiene. Aunque menos frecuente, también se pueden obtener de biobanco de donantes.  Se trata de un implante de poblaciones uniformes de «auténticas» células madre. Como ya se ha dicho, no están autorizadas y sólo se pueden utilizar clínicamente como uso compasivo . El tratamiento con MSCs para la artrosis de rodilla todavía está poco difundido y es extremadamente costoso. No es un tratamiento rápido. Sin embargo, ofrece resultados bastante sostenidos en el tiempo. Es seguro y no tiene mayores efectos adversos. En mi opinión, su eficacia está sobredimensionada ya que todavía quedan por aclarar cuestiones fundamentales como la dosis y pauta de administración. También se desconoce su funcionamiento. Su anhelado efecto «regenerador» de cartílago artrósico, todavía, no está completamente demostrado.

Células Madre vs Terapias basadas en Células Madre

TRATAMIENTOS BASADOS EN CÉLULAS MADREA diferencia de las terapias celulares de MSCs, las terapias basadas en células madre, son terapias celulares con poblaciones híbridas que contienen un porcentaje minoritario de MSCs. Todas estas técnicas tienen en común que no requieren de una manipulación sustancial en el laboratorio y, por ello, están autorizadas.  Genéricamente se conocen como tratamientos ortobiológicos y consisten en  implantes de tejidos que son fuente de MSCs  (grasa del abdomen, médula ósea, etc). Tras una mínima preparación (filtrado, centrifugado, digestión enzimática), se infiltran en la articulación dañada.  En mi opinión, se trata de una  «macedonia celular» que también tiene beneficios terapéuticos pero en la que es imposible determinar qué es lo que funciona y cómo lo hace. Además de las terapias basadas en células madre, los tratamientos ortobiológicos comprenden al plasma rico en factores de crecimiento (FC). Los FC son un conjunto de proteínas decisivas en el ciclo de reparación de la herida tisular. Son liberados por las plaquetas. Por ello, el tratamiento más popular es el Plasma Rico en Plaquetas (PRP). Junto a éste, el Orthokine supone una variante de un plasma sin plaquetas pero enriquecido en factores de crecimiento y en anti-inflamatorios naturales como el IL-1 ra.

En los próximos post iremos analizando uno por uno todos estos tratamientos ortobiológicos.

 

Las células madre se han ganado en muy poco tiempo la reputación de tratamiento milagroso para la artrosis de rodilla. Es muy difícil resistirse a los encantos de un tratamiento que supuestamente reparará en pocos meses una rodilla inútil y dolorosa. Todo esto sin pasar por el quirófano, sin química ni efectos secundarios, con la fuerza regeneradora de los propios tejidos y con tan sólo con una sola inyección. Si esto es así, ¿qué paciente con artrosis de rodilla no se trataría con células madre? Sin embargo, ese halo milagroso también es  un excelente reclamo para un suculento negocio fundamentado en la inyección de concentrados celulares que no son, stricto sensu ,«células madre».

Lo primero que convendría aclarar es que «células madre» es un término muy mal definido bajo el que se amparan múltiples tratamientos regenerativos , algunos de los cuales, ni siquiera contiene células madre. Este es el caso, por ejemplo, del Plasma Rico en Plaquetas (PRP). El PRP es un tratamiento útil y seguro para la artrosis de rodilla que con frecuencia se confunde con células madre y, sin embargo,no tiene células madre. Además del PRP, en los últimos años, están cobrado auge una serie de nuevas terapias que contienen un porcentaje testimonial de células madre y, paradójicamente, se les conoce como tratamientos de células madre. La realidad es que se trata de concentrados celulares de distintos tejidos que, en el mejor de los casos, pueden contener hasta un 30% de células madre mesenquimales (MSCs). Estos batidos o jugos celulares suelen ser de grasa abdominal o de médula ósea y están formados por múltiples tipos celulares (macrófagos, pericitos, linfocitos…) y proteínas (citocinas,proteinas morfogenéticas, factores de crecimiento…). Los más conocidos son: el Implante de Tejido Adiposo Autólogo, la Fracción Estromal Vascular y el Aspirado de Médula Ósea concentrado.  Los tres pueden ser beneficiosos para el tratamiento de la artrosis de rodilla pero no parece muy riguroso atribuir su beneficio al pequeño porcentaje de MSCs que contienen.  A pesar de que hay estudios estudios científicos preliminares que comunican beneficio, ninguno de estos tratamientos está avalado por ensayos clínicos controlados.

Todo esto no quiere decir que no se estén utilizando poblaciones puras de células madre (MSCs) para tratar artrosis de rodilla. Es un tratamiento todavía poco difundido en nuestro medio y extremadamente costoso. Es previsible que el coste disminuya con el establecimiento de biobancos de MSCs . Mientras tanto, el implante de células madre más habitual es el autólogo ( células de uno mismo). Su elevado coste deriva de lo laborioso de su preparación. Primero se hará la extracción de una muestra (grasa abdominal o médula ósea), luego se aislaran y se expandirán (o multiplicarán) las verdaderas MSCs y finalmente se implantarán en la rodilla enferma mediante una inyección intra-articular. No es un tratamiento rápido pero ofrece resultados muy sostenidos en el tiempo. Todo induce a pensar que, también, es un tratamiento seguro.

En mi opinión, el potencial terapéutico de las células madre en la artrosis de rodilla es enorme pero su aplicación generalizada está aún sujeta a la resolución de múltiples aspectos tanto de tipo técnico como biológico. No tenemos todavía respuesta a cuestiones tan elementales como qué número de células es mejor inyectar o cada cuánto tiempo. Es difícil predecir si gracias a ellas conseguiremos restaurar y regenerar la articulación dañada pero, a buen seguro, las células madre serán parte esencial en el arsenal terapéutico de la artrosis en los años venideros.